El Galatasaray se proclamó campeón de la Copa de la UEFA,
tras imponerse por 4-1 en la tanda de penaltis, la única forma de
resolver un tenso encuentro, que estuvo precedido por los violentos
enfrentamientos entre ambas aficiones, y premió el esfuerzo del
conjunto turco, que disputó en inferioridad durante los últimos 16
minutos, por la expulsión del rumano Gheorghe Hagi.
El equipo que
dirige Fatih Terim, que entró en la historia, al convertirse en el
primer conjunto turco que gana un título continental, aprovechó los
errores en el lanzamientos del ex madridista Davor Suker, al poste,
y del francés Patrick Vieira, al larguero.
El Galatasaray no
admitió su papel de víctima y halló la recompensa que buscó con
heroísmo. Ni acusó el peso de la historia, ni se dejó impresionar
por el nombre del rival. Salió decidido a imponer el ritmo de juego
que más le convenía y, con una presión asfixiante, dejó en evidencia
la calidad de los centrales ingleses. Sólo el escaso acierto de Arif
Erdem evitó que el conjunto de Fatih Terim llegase en ventaja al
descanso.
El delantero turco no aprovechó un error de Toni Adams
al tirar el fuera de juego, en el minuto 42, y solo ante David
Seaman dudó, primero, y cruzó en exceso el balón después. El ímpetu
turco duró una hora. Volvió a arrinconar al Arsenal al comienzo del
segundo tiempo y envió un balón al poste, por medio de Hakan Sukur
(m.52), pero no pudo mantener la misma intensidad en presión. Fue el
momento del Arsenal, que recuperó el dominio del centro del campo y
acumuló ocasiones ante el área rival, con constantes llegadas de
Overmars, del francés Thierry Henry y Ray Parlour, pero sin
concretar ninguna de sus ocasiones. Tuvo su cuarto de hora de gloria
y tampoco lo aprovechó.
El encuentro quedó expuesto, entonces, a
una acción individual y la pudo tener Hagi, pero Hakan Sukur le
privó de la gloria en el minuto 92+, al no dejarle lanzar el libre
directo que había provocado el capitán rumano. Angustiado por la
posibilidad de perder su última oportunidad de ganar un título
europeo, Hagi cayó en la trampa en un forcejeo con Toni Adams, le
dio un puñetazo en la espalda y dejó a su equipo indefenso a los
cuatro minutos de la prórroga.
Con un jugador menos, sin cambios
para sustituir al central Bulent Korkmaz, que jugó con un hombro
inmovilizado la segunda parte de la prórroga, la resistencia del
Galatasaray fue heroica. Taffarel salvó a su equipo con una gran
intervención ante un remate de cabeza de Henry (m.110) y otras dos
buenas paradas ante el nigeriano Nwankwo Kanu (m.112). El guardameta
brasileño metió en la tanda de penaltis a su equipo y, ahí, los
errores de Suker, que lanzó el primer disparo cuando apenas llevaba
diez minutos en el terreno de juego, y de Patrick Vieira dieron al
Galatasaray un título histórico.
(reportaje de MARCA)