Yugolasvia ha tenido la clave del partido en
la concentración de sus jugadores, que han sabido en todo
momento contrarrestar el juego conservador nórdico. La técnica
yugoslava y la imaginación de la delantera han funcionado
durante los primeros compases del partido. Ahí llegó el gol de
Milosevic, el que definiría el resultado. Pero Noruega ha
intentado imprimir un ritmo mucho más físico al partido para
asegurarse el control del encuentro. La labor de Djukic y
Jugovic, espléndidos en defensa ha ido poco a poco
desmoronando el poco ataque noruego. Con la segunda parte, los
hombres de Semb, más fuertes físicamente ha replanteado su
juego y se han lanzado con más fiereza al ataque. Entonces ha
sido cuando los jugadores yugoslavos han puesto sobre la mesa
su experiencia y su picardía. Perdiendo el tiempo, deteniendo
el juego y fingiendo faltas, ha hecho que los minutos fueran
pasando. Pero el colegiado escocés, Hugh Dallas, ha leído las
intenciones yugoslavas y lo ha atajado. La víctima ha sido
Mateja Kezman, que con un solo minuto en el campo, será
probablemente el jugador que haya pasad menos tiempo sobre el
césped en un partido de Eurocopa. Cuando los nórdicos se han
dado cuenta de que Dallas iba a atajar los excesos yugoslavos,
se han vuelto a lanzar al ataque, poniendo a todos sus hombres
dentro del área en cada lanzamiento a balón parado. Pero ya
era demasiado tarde y Yugoslavia se ha hecho con tres puntos
que le situan en primer lugar de la clasificación del grupo C
y que obligan a España a ganarles si quiere pasar a cuartos de
final.
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