Partido decepcionante con final increible. Ese
es el más breve resumen que se puede hacer del encuentro entre
Rumanía y Portugal. Ambos equipos han salido al terreno de
juego cargados de respeto con el rival. Los de Ienei han
optado por presionar a los portugueses, en especial a su
estrella Figo, y jugar al toque con el balón en los pies. Esta
táctica ha acabado desesperando a los jugadores lusos que no
han encontrado la forma de resolver las jugadas de ataque, y
han llegado con dificultad a la portería de Stelea. Los
rumanos tampoco lo han tenido fácil para llegar a la meta de
Baía, ya que Coelho ha decidido imponer una defensa férrea,
que solo se ha visto superada por algunas subidas de Moldovan,
Hagi y Ilie, que ha tenido una actuación bastante gris. Esta
ha sido la tónica del partido, ambos equipos intentando abrir
las líneas del otro equipo, y el rival convirtiendose cada vez
en un muro donde chocar. A pesar de que ambos equipos han
mostrado un juego muy correcto, la falta de llegadas a puerta
han convertido al partido en aburrido. 90 minutos de
desesperación por ambos lados. La desesperación de ver que el
equipo funciona pero no resuelve. Y el milagro, que ha llegado
a pies del debutante Costinha, cuando al sacar una falta Figo,
cuando el tiempo de descuento estaba a punto de acabarse, ha
rematado de cabeza y la bola se ha colado en las mallas
rumanas sin que Stelea puediera hacer nada. Con esta victoria,
Portugal se asegura su paso a cuartos de esta Eurocopa
2000
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