Turquía ha dado la primera gran sorpresa de
esta Eurocopa al clasificarse para los cuartos de final tras
derrotar a la anfitriona Bélgica por 2-0. El partido ha estado
dominado de principio a fin por los belgas, que arropados por
su público han tenido las mejores ocasiones para adelantarse
en el marcador. Pero la falta de puntería de sus delanteros,
Mpenza y Nilis, ha condenado a los hombres de Robert Waseige
al fracaso. Turquía, sin muchos alardes, ha agunatado bien las
acometidas de los diablos rojos y en su primera oportunidad se
ha adelantado en el marcador con un gol de su estrella Hakan
Sukur, tras un grave error del portero De Wilde, una auténtica
losa para su equipo durante todo el campeonato. Este gol al
filo del descanso ha sido un auténtico mazazo para los belgas
ya que no había tiempo para la reacción. La segunda parte ha
seguido por las mismas directrices que la primera, dominio
belga y escasa eficacia de cara al gol. Hasta que la selección
turca en un contraataque, aprovechando que Bélgica estaba
jugando a la desesperada, ha puesto la puntilla a su rival con
otro gol de Sukur. Bélgica ha quedado eliminada ante su propio
público, un golpe muy duro que tardarán en olvidar los
aficionados de este país. Por su parte, los turcos han
superado todas las expectativas y se han colado en los cuartos
de final sin hacer mucho ruido. Con este resultado, Turquía se
ha convertido en la gran revelación del campeonato y ha dejado
a Bélgica como la gran fracasada. Con un portero así, es
difícil que la selección belga pueda aspirar a algo algún día.
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