GAIZKA MENDIETA
Alma y espíritu del Valencia
Gaizka Mendieta es el producto de moda del fútbol
español. Está actualmente en la mira de los mejores clubes
europeos. El Milán y la Roma con su entrenador Fabio Capello, conocedor
del fútbol español, pugnan fuerte por él, además
de los equipos grandes de España.
Un tipo que disfruta con la música de Lou Reed o
The Doors sin duda tiene espíritu. Y es que Gaizka Mendieta se
encuentra en la plenitud de su carrera deportiva, evolucionando día
a día como futbolista y como persona madurando y asumiendo la responsabilidad
de ser capitán del Valencia.
Fue en el año 1992 cuando el entrenador uruguayo,
Héctor Núñez, lo descubrió y lo subió
del filial, el Mestalla, al primer equipo. Gaizka lleva el fútbol
y el espectacular mundo que lo rodea en la sangre. Gaizka es hijo de futbolista,
circunstancia que le concedió el respecto de Héctor. Ya
de aquellas apuntaba alto. Su recorrido, sus ganas de agradar, le han
aupado a lo más alto del fútbol español en estos
momentos. Su padre militó en el Real Madrid, en el Rayo y en el
Castellón.
Gaizka tiene madera de deportista. Es un todoterreno. En
su infancia destacó en el atletismo. Fué subcampeón
de España de 1000 metros obstáculos. Su faceta de corredor
de medio fondo se nota en el terreno de fútbol. De caracter, Gaizka
es un hombre sencillo, de pocas palabras. Dice Héctor, que en sus
primeros años en el primer equipo del Valencia había que
sacarle una conversación con abrelatas. Aunque en esta faceta,
también está madurando. Después de adquirir la capitanía
de su equipo, Gaizka ya es más abierto. En poco tiempo se ganó
el respeto de sus compañeros.
El habilidoso centrocampista ha sido la fuerza creativa
de la brillante temporada 1999-2000 del Valencia. Sorprendentemente, su
rendimiento esta temporada ha sido incluso más impresionante que
la anterior, trás la cual el Real Madrid se quiso hacer con sus
servicios. Juan Onieva le puso un cheque en blanco al Valencia para abonar
su cláusula de rescisión y le hizo una suculenta oferta,
que el jugador rechazó. Mendieta se quedó en Mestalla y
creo personalmente que acertó en su decisión. Después
del interés del Madrid obtuvo un contrato con 500 millones de pesetas
anuales en el club de Mestalla, lo que le convertía en uno de los
futbolistas españoles mejor pagados en ese momento. Su cláusula
ascendía a 10.000 millones de pesetas; que por aquellas nadie podía
pensar que hubiera algún "presidente loco" que los pudiera
pagar por un jugador. ¡Cómo cambian los tiempos! El futbolista
vasco ha realizado una magnífica temporada y sobretodo ha destacado
en la Copa de Europa, incluido el gol en el Nou Camp que aseguró
el pase del Valencia a la final y eliminó al Barcelona. Es el goleador
silencioso. Su repertorio de goles espectaculares es inagotable. ¿Se
recuerdan del magnífico gol que marcó en la final de la
Copa del Rey en la que el Valencia se impuso al Atlético de Madrid?
Mendieta, en jugada personal, hizo un sombrero por encima de dos defensas
y, según caía el balón, conectó una volea
que fue a instalarse al fondo de la red. Con su buena actuación
en la Copa de Europa, se dió a conocer en el "escaparate"
del mundo del fútbol. Solo le faltó la última guinda:
ganar la final, que bien se la tenían merecido la plantilla del
Valencia. Un mediocampo que los seguidores chés no olvidarán
en mucho tiempo. Mendieta, Gerard, Farinós, Angulo. Era una línea
excepcional. Los cuatro se complementaron perfectamente. Un artista con
todo, dos jóvenes con ideas, talento, llegada y muchos goles, y
un recuperador infatigable. Un centro de campo completamente español
y con futuro, pero, por desgracia, esta línea ya es historia. Ya
veremos como será el centro de campo ché con el campeón
del mundo Deschamps.
Pero sobretodo destacó en la Eurocopa de naciones
que acaba de finalizar en Holanda y Bélgica con la selección.
Debutó con la selección el 27 de marzo de 1999. El partido
que todavía permanecerá en la memoria de muchos aficionados
del fútbol, fué el España-Austria que se saldó
con una victoria de 9 a 0 y con un fútbol brillante, quizá
uno de los mejores partidos de España de los últimos tiempos.
Mendieta jugó como sustituto en cinco partidos de clasificación
para la Eurocopa y marcó contra San Marino. Llegó a la Eurocopa
como el número "12" de Camacho y se convirtió
en el mejor de la selección española con diferencia. Ante
Yugoslavia, el pletórico centrocampista vasco hizo de todo lo que
le pidió Camacho y más. Aparte, lo hizo bien. Empezó
por la derecha, y luego tuvo que jugar por la izquierda. Con desventaja
en el marcador, Camacho lo trasladó al lateral, y desde esa posición,
dirigió al equipo. En resumén un espléndido partido
del número 16 de España. Personalmente lo que más
me gustó, fué que a Gaizka no le quemaba la pelota. Cuando
había que tirar el penalty, la cogió y marcó el empate.
Malas lenguas dicen que si Camacho no retira a Mendieta en el partido
contra Francia del campo, nos marcaba el penalty y nos proclamábamos
campeones.
Esperamos ver más de este habilidoso futbolista,
aunque será dificil que vuelva a repetir los exitos de la temporada
pasada con el Valencia.