El Valladolid fue capaz de frenar
la racha de victorias blancas
VALLADOLID, 21 (EUROPA PRESS)
El Real Valladolid y el césped del estadio Nuevo José Zorrilla fueron
el escenario que propició el primer tropiezo del Real Madrid después de su
racha de ocho victorias consecutivas.
El Real Valladolid intensificó el ritmo desde el principio y no quiso
hacerle el ilusorio pasillo a los blancos como campeones de invierno, tras
la derrota de ayer del Valencia a manos del Barcelona. Al contrario, un
motivado José Luis Pérez Caminero endurecía la reválida del liderato de
los de Chamartín al rematar a la red, de certero cabezazo, un córner
lanzado por el sempiterno Eusebio Sacristán. El tanto anotado en el minuto
cuatro clarificaba los papeles de ambos equipos. El equipo que dirige
Pancho Ferraro se ratificó en su planteamiento defensivo, con la única
intención de aprovechar los huecos de la defensa merengue con la rapidez
de Pachón y el buen hacer entrelíneas de Caminero y Eusebio.
Paralelamente, el Real Madrid no se achicó y ejerció de líder, en busca
del empate que estuvo por dos veces en la figura de Fernando Morientes.
Primero, con un cabezazo al larguero, en el minuto nueve, tras un centro
desde la derecha de Michel Salgado, que reaparecía en el once titular.
Posteriormente, desaprovechó una magistral asistencia de Raúl para chutar,
con la izquierda, pegado al poste. El ritmo era frenético y el juego de
mediocampo era inexistente porque el punto de mira de ambos conjuntos era
la portería contraria, una filosofía que brindaba un bonito espectáculo a
la grada del 'frío' estadio Nuevo José Zorrilla.
Transcurrida la primera media hora de juego, los pucelanos reculaban en
exceso, posibilitado también por la ausencia del cerebro del Valladolild,
Eusebio, que tuvo que abandonar el césped de Zorrilla tras sufrir
molestias musculares. Pero el equipo de Del Bosque carecía de fluidez
cuando los de Pisuerga se ordenaban en las inmediaciones de su área y tan
sólo hacían daño en jugadas rápidas y cuando el esférico acariciaba las
botas de Figo, Raúl o Morientes. Las estrellas blancas se deslucían a
medida que transcurrían los minutos pero entonces apareció la fortuna que
se le presume a todo equipo que quiere ser campeón -y parece que el Real
Madrid quiere serlo este año-, que apoyado en la potencia del brasileño
Roberto Carlos, consiguió el empate por mediación de un tiro franco, que
rebotó en Heinze lo necesario para despistar a Bizarri y dejar abierta la
segunda parte.
ACIERTO DE MORIENTES
Tras la reanudación, el reciente Balón de Oro colgó un balón que
Morientes, ahora sí, aprovechaba para otorgarle a su equipo al primera
ventaja del partido. El gol no transformó en exceso el encuentro porque
los merengues seguían siendo dueños del balón mientras que el Valladolid
tomaba conciencia de que su única oportunidad estaba en el contragolpe o
en una genialidad de Caminero. Ni una ni otra, sino de penalti. De esta
forma consiguió el empate el equipo del Pisuerga, transformado por
Fernando. Las tablas en el marcador renovaron el espíritu del Valladolid,
más confiado en la victoria y amedrentó un tanto al Real Madrid,
desconcertado ante un partido que tenía aparentemente controlado. Del
Bosque quiso recalificar las opciones de su equipo y dio entrada a Munitis
y McManaman pero el partido no dio para más y un rácano Valladolid se
aprovechó de las carencias defensivas de un Real Madrid que aún pudo
perder el encuentro a falta de un minuto cuando Casillas sacó un balón que
se colaba en su portería.